Las piedras son de origen volcánico y ricas en minerales; el calor directo que emiten penetra profundamente en el cuerpo, calentando los músculos tensos y mejorando la circulación sanguínea.
El calor de las piedras permite que la piel absorba los aceites hidratantes y terapéuticos, a la vez que prepara la musculatura del cuerpo para que el terapeuta pueda trabajar en las capas más profundas del músculo y la fascia, generalmente se dice que un movimiento de una piedra de basalto caliente equivale a 5-10 movimientos de la mano de la terapeuta.